Semana 12 (7-11 abril)
Semana 12 (7-11 abril)
Presentan la prueba de período y se define el periodo.
Se inicia trabajo sobre la competencia 2 y su evidencia 1 que dice:
"Describe los principales eventos que identificaron las sociedades europeas en la Edad Media (lucha entre imperios, modelo económico feudal, poder económico y político de la iglesia, desigualdad social)".
Desarrollo de La Edad Media en Europa.
Objetivo: Comprender los principales eventos que caracterizaron la sociedad europea medieval y su impacto en la historia.
Responde: ¿Cómo crees que era la vida en Europa hace más de 1,000 años?
La Edad Media, que se extiende aproximadamente desde la caída del Imperio romano de Occidente en el 476 hasta el descubrimiento de América en 1492, fue un período clave en la historia europea. Durante estos siglos, Europa experimentó una profunda transformación política, social y económica.
En esta época surgió el feudalismo, un sistema basado en relaciones de vasallaje, donde los señores feudales gobernaban territorios y los campesinos trabajaban la tierra a cambio de protección. La Iglesia católica adquirió un enorme poder, influyendo en reyes y gobernantes, además de ser el centro de la educación y la vida espiritual.
También fue una etapa de conflictos, como las invasiones bárbaras, las Cruzadas (guerras religiosas entre cristianos y musulmanes) y la lucha por territorios entre diversos reinos. A pesar de las dificultades, la Edad Media permitió la consolidación de ciudades, el desarrollo del comercio y avances culturales, que prepararon el camino para el Renacimiento.
Su importancia radica en que muchas de las estructuras de gobierno, economía y sociedad de Europa actual tienen sus raíces en esta época.
Temas clave: Lucha entre imperios, Modelo económico feudal, Poder económico y político de la Iglesia, Desigualdad social. Veámoslos uno a uno.
-Lucha entre imperios, tuvo tres eventos centrales: la caída del imperio romano de occidente, la formación de nuevos reinos y los conflictos con los musulmanes.
La caída del Imperio romano de Occidente en el año 476 d.C. marcó el fin de una era y el inicio de la Edad Media. Este evento se produjo cuando el último emperador romano de Occidente, Rómulo Augústulo, fue depuesto por Odoacro, un líder germánico que se proclamó rey de Italia. Las causas de la caída fueron: Crisis política y corrupción (La inestabilidad en el gobierno y la lucha constante por el poder debilitaron la autoridad imperial). Problemas económicos (La inflación, los altos impuestos y la dependencia de esclavos afectaron la economía romana). Invasiones bárbaras (Pueblos germánicos como los visigodos, vándalos y hérulos atacaron repetidamente el imperio, debilitándolo progresivamente). Debilidad militar (La falta de disciplina en el ejército y la dependencia de mercenarios extranjeros redujeron la capacidad de defensa de Roma).
En la formación de nuevos reinos, dos de los más importantes fueron el Sacro Imperio Romano Germánico y el Imperio Bizantino. El primero nació en el año 800, cuando el papa coronó a Carlomagno como emperador, buscando restaurar la tradición del antiguo Imperio romano en Occidente. Sin embargo, su consolidación definitiva ocurrió en 962, cuando Otón I fue coronado emperador, estableciendo una estructura política basada en una monarquía electiva. A lo largo de su existencia, el Sacro Imperio estuvo compuesto por múltiples territorios y ciudades-estado, con una autoridad descentralizada y una fuerte influencia de la Iglesia.
El segundo fue la continuación del Imperio romano en Oriente, con su capital en Constantinopla. Se formó oficialmente en 395, cuando el emperador Teodosio I dividió el Imperio romano en dos partes. A diferencia del Sacro Imperio, el bizantino mantuvo una estructura más centralizada y una fuerte identidad cultural basada en el cristianismo ortodoxo y la influencia griega. Durante siglos, fue una potencia económica y militar, resistiendo invasiones y conflictos hasta su caída en 1453, cuando los turcos otomanos conquistaron Constantinopla.
En los conflictos con los musulmanes sobresalen la Batalla de Tours o Poitiers y la Reconquista en España.
La primera ocurrió el 10 de octubre de 732 entre los francos, liderados por Carlos Martel, y el ejército musulmán del Califato Omeya. La batalla tuvo lugar cerca de la ciudad de Tours, en Francia, y fue crucial para frenar la expansión musulmana en Europa occidental. Carlos Martel logró una victoria decisiva, consolidando el dominio cristiano en la región y fortaleciendo el reino franco.
La segunda de 722 a 1492 fue un proceso de casi 770 años, en el que los reinos cristianos de la península ibérica lucharon para recuperar los territorios ocupados por los musulmanes. Se inició con la Batalla de Covadonga en 722, donde el noble asturiano Pelayo derrotó a las fuerzas musulmanas, estableciendo el Reino de Asturias. A lo largo de los siglos, los cristianos avanzaron hacia el sur, enfrentándose a los califatos y reinos musulmanes, hasta la caída del Reino nazarí de Granada en 1492, cuando los Reyes Católicos completaron la unificación de España.
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